Iberoamericanizar el Cervantes

Introducción

La proyección de España en América latina (la impulsada desde el Estado, no la social, académica, económica ni empresarial) se hizo desde 1991 a través de las Cumbres Iberoamericanas, que cumplieron un papel destacado, al menos hasta finales de la pasada década. Los nuevos tiempos (la emergencia de China, la crisis de España y la debilidad de la UE) han provocado que las Cumbres, como herramienta para la proyección exterior de España, hayan perdido relevancia. No es factible, ni conveniente, acabar con estas citas, ahora bienales, pero sí se ha hecho evidente la necesidad de diversificar estrategias, combinarlas con otro tipo de propuestas y buscar nuevas alianzas y sinergias.

La renovada y futura proyección iberoamericana de España pasa por ser percibido en América latina como un actor útil, clave y muy trascendente para el desarrollo de esos países. Por eso, España debe implicarse y aportar de forma decisiva en aquellos temas que más preocupan a la ciudadanía y a los propios dirigentes de los estados latinoamericanos.  Se trata de bajar más a la realidad el vínculo iberoamericanista y no tanto apostar solamente por grandes cumbres y citas de mandatarios, ni dejar en manos de los empresarios y diplomáticos el grueso de la relación transatlántica. En resumen, tener más incidencia para lograr mayor proyección.

La fuerza de un idioma bicontinental

América latina aspira a diversificar su economía (no depender tanto de la exportación de materias primas sin valor añadido) y la industria cultural puede ser una de las apuestas dentro de esa diversificación.

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El Instituto Cervantes en Madrid

Iberoamérica conforma una región geolingüística en la que los intercambios de los productos culturales en español tiene un amplio camino que recorrer y mucho en lo que mejorar. Se calcula que en el mercado mundial de las industrias culturales, América Latina apenas representa el 4.5% del volumen global de intercambios culturales.

A su vez, uno de los ámbitos para incrementar la presencia de España en el escenario internacional y más en concreto en el latinoamericano, sería la estructuración de una diplomacia cultural en la que el Instituto Cervantes debería ocupar un lugar central como articulador de la misma.

Un Instituto Cervantes que requiere una reforma en cuanto a su estructuración, fines y objetivos. Ese renovado Instituto Cervantes debería ser sometido a un triple cambio que consiste en:

A. Potenciar su presencia en América latina

La presencia del Instituto Cervantes en América debe ir más allá de Brasil y Miami. Debe tener presencia en todos los países de la región para convertirse en una plataforma no solo de la cultura de España, sino sobre todo de la cultura en español. Debe actuar en coordinación y cooperación con todos los centros culturales, universidades y ministerios de cada país latinoamericano, a fin de presentar ante el mundo el alcance, unidad y fortaleza de lo que se crea en español.

Es decir, se trata de conmemorar a Santa Teresa de Jesús y a Cervantes, pero también a Borges, al Inca Garcilaso o a Carlos Fuentes. Finalmente, todo escribían en la misma lengua.

B. Llevar a cabo un cambio de estrategia

El Instituto Cervantes debe estar adscrito al Ministerio de Cultura y convertirse así en la herramienta más importante y unificadora, en España, del impulso del proyecto iberoamericanista en su vertiente cultural.

Debe aunar sinergias, fuerzas y proyectos en lo referente a temas de literatura, lengua y cultura en español. El objetivo es colaborar con iniciativas ya en marcha en países latinoamericanos en el área cultural y lingüística o impulsar en colaboración con otras instituciones ese tipo de proyectos cuando estos no existan.

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El Instituto Cervantes en Alemania

Para ello, el Instituto debe estar presente en todos los países de América latina para desarrollar una triple función:

1. Promoción de la cultura iberoamericana

2. Promoción de la enseñanza del español para no hispanohablantes no solo en España sino también en los diferentes países latinoamericanos y avalada por el Instituto.

Se trataría de una enseñanza presencial (lo cual supondría un ingreso extra vía turismo para el país receptor) u on line.

Tratar de desarrollar el potencial estratégico del español, que no solo es un instrumento de la política, sino de la economía, que mejora el posicionamiento estratégico de la comunidad iberoamericana y eso trasciende la capacidad de España.

3. Impulsar la formación, en colaboración con universidades y organismo académicos, del  profesorado en literatura y lengua de los países latinoamericanos. Actualizar los métodos de enseñanza y la formación del profesorado.

C. Adecuar la estrategia a los fines

El objetivo central consiste en iberoamericanizar el Instituto Cervantes para que sea una plataforma de difusión de la cultura iberoamericana, la cual nace de la cultura española pero la trasciende porque incluye también la cultura en español, hispanoamericana, latinoamericana y de los hispanos en EEUU.

Conclusiones

¿Por qué es necesario iberoamericanizar al Cervantes?

Porque del total de hispanohablantes, apenas el 10% reside en España. El futuro y el eje de nuestro idioma se encuentra en América. Tratar de desarrollar el potencial estratégico del español, como instrumento de la política, de la política económica y del posicionamiento estratégico de la comunidad iberoamericana, va más allá de la capacidad de España en solitario.

Porque lo que hace grande y fuerte al español en el mundo no es que se hable en España, sino que es lengua oficial en toda Iberoamérica, salvo en Brasil. Promover la cultura en español, iberoamericana, muestra la riqueza, fuerza y variedad de la lengua española. Después de todo tan cultura iberoamericana es Buero Vallejo como Mario Vargas Llosa.

En resumen, la reforma del Cervantes buscaría adscribirlo a Cultura, dotarlo de autonomía y continuidad y, sobre todo, iberoamericanizarlo como forma de crear sinergias trasatlánticas, aunando esfuerzos con los países latinoamericanos a la hora de impulsar la cultura en español.

De esta forma, la Comunidad Iberoamericana ganaría peso en el concierto internacional a través de una diplomacia cultural que mostraría al mundo el “soft power” de un grupo de países y de un idioma impulsado por más de 20 naciones repartidas en Europa (España), América latina, África (Guinea Ecuatorial) y Asia (Filipinas)

Fuente de Referencia:

«Iberoamericanizar el Cervantes». 19 de junio de 2017. Horizonte Atlántico <http://wp.me/p8w4HR-2t> [Accedido: 9 de julio de 2017]. Adaptado.

 

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