La importancia de una buena lectura pública

La buena lectura puede ser comparada con la selección de frutas. Cuando usted va a escoger una fruta para comer, ¿qué prefiere: una fruta vieja, sin vida y desgastada, o una fruta nueva, jugosa y sabrosa? Es lógico que usted va a optar por una fruta que esté en buenas condiciones, si es para su consumo. Si fuera por un otro motivo, por ejemplo para realizar un estudio científico, usted podría escoger una fruta dañada, ya que usted, tal vez, está haciendo una investigación científica para descubrir algún elemento o fenómeno relacionado con aquella fruta dañada.

Mujer lectora
La lectura pública debe ser atrayente y agradable

 De igual forma, una buena lectura hace que la vida sea más agradable, diríamos, deliciosa. Ejemplo de esto lo vemos cuando escuchamos un locutor de radio cuya voz es potente, con una tonalidad agradable al oído y bien proyectada. ¡Ese ahí merece ser escuchado y seguido! Pero un locutor cuya voz es desagradable, nunca va a atraer seguidores. Al contrario, puede llevar al fracaso del programa que está representando, hasta de la emisora.

Entonces, si en nuestro caso somos exigentes con los otros, a la hora de escuchar un locutor, digamos, o cuando vamos a consumir un fruto, ¿por qué no reparar en que los otros también exigen eso de nosotros mismos? Es decir, si nuestra lectura pública es agradable, bien intercalada, donde son observados y respetados los signos de puntuación y donde se dan las pausas necesarias y obligatorias que requiere la lectura, conseguiremos, por lo menos, el respeto y admiración de nuestros interlocutores.

Ser un buen lector público no es un fenómeno instantáneo. Es consecuencia de un proceso diligente y disciplinado, donde nosotros nos esforzamos diariamente por mejorar nuestro estilo y nuestra capacidad de lectura. Para conseguir estos pasos, debemos mostrar la suficiente humildad como para aceptar las críticas de los otros, aunque la crítica generalmente nos irrita. Es increíble, pero parece ser natural que entre mejor lectura pública tengamos, más exigen las personas de nosotros. Pero esto tiene un lado positivo. Las personas no dejan de reconocer que nuestra lectura pública es buena, fluida, clara, potente y bien proyectada, aún más cuando nos ganamos el público.

Tal vez ni digan nada, pero, ¿qué es mejor: que digan cosas feas sobre nuestra lectura, o que no digan nada? La lógica indica que es mejor que nadie nos critique, porque tenemos una lectura regular, aunque no excelente, a que digan que nuestra lectura es pésima, desagradable. Esto último sí que sería triste. Claro, el silencio también es motivo de preocupación. Aun así, existe un buen remedio, y puede ser que la crítica sea ese santo remedio. En general, la crítica es mejor que la adulación, porque ella nos descubre y nos permite tener una visión más objetiva de nosotros mismos.

Qué significa leer correctamente

Leer correctamente significa leer en voz alta y clara lo que está escrito, sin tropezar innecesariamente. Cuando tenemos que leer un texto en público, la lectura tiene que ser conforme lo que está escrito, partiendo de la tesis de que el texto fue bien redactado, que es lo que se espera. De esta forma, el lector debe evitar omitir palabras o letras; no debe cambiar los términos; la pronunciación de las palabras debe ser hecha de forma correcta; deben respetarse los signos de puntuación y los acentos gráficos.

Es importante que los padres y representantes tomen conciencia de la importancia de enseñar a los jóvenes a ser buenos lectores. Considerando que el sistema educativo en general está cada vez más caótico, es la familia la que tiene que salvar ese juego, porque si no, ¿qué va a ser de nuestros jóvenes en el futuro próximo? Esto es una reflexión.

También en el ámbito personal, cuando somos buenos lectores, conseguimos leer libros, revistas y novelas de una forma más rápida y en menos tiempo, sin que perdamos el sentido del texto ni las ideas principales y secundarias de estos. Siendo así, nuestra capacidad de comprensión de los fenómenos sociales, culturales, históricos y económicos serán de más fácil interpretación. Además, tener una buena lectura, sin ningún nivel de comprensión de texto, sería el caos.

Cómo leer con precisión.

Para leer con precisión, debemos aguzar nuestra capacidad de percepción. Explicando: la buena lectura requiere una mayor capacidad de observación y concentración. Es cosa de práctica. Si practicamos lo que es malo, lo aprendemos fácilmente. Si queremos aprender lo que es bueno, y en este caso, la lectura correcta es algo bueno, necesitaremos de un mayor esfuerzo, ¿no es verdad? Por consiguiente, es bueno desarrollar la capacidad comprensiva, la percepción, la observación y el uso agudizado de los sentidos, especialmente el visual y el auditivo. Cuando esté haciendo la lectura en público, no olvide abrir la boca con la correcta y suficiente extensión para que las palabras fluyan suavemente, sin tropiezo.

Los expertos indican que para tener una buena lectura pública, o leer con precisión, es vital una preparación anticipada y diligente del texto. Es necesario comprender el contexto de la lectura, su aspecto histórico y ambientación. Debe seguirse el hilo de la lectura, saber mirar el texto en cada línea, leer con la mayor precisión posible, prestar atención a los signos gráficos, saber reproducir y colocar las pausas en los momentos y lugares correspondientes, entonando apropiadamente las palabras, en especial aquellas que son extranjeras y que exigen un conocimiento más amplio de idiomas.

Antes de la lectura pública

También existen algunos elementos físicos que deben ser considerados. Por ejemplo, si usted está con problemas de vista, es muy seguro que su lectura va a presentar problemas, porque no está consiguiendo visualizar correctamente los signos lingüísticos. Allí no da otra: hay que usar lentes. Igualmente, antes de hacer la lectura, es esencial “calentar” las cuerdas vocales, así como un corredor de Fórmula 1 calienta el motor de su carro antes de la partida. Para ello, siga las recomendaciones de alargar las cuerdas vocales, la extensión de los lados de la boca; haga movimientos de la lengua para los diferentes lados de la boca; levante la cabeza para que esté recta, pero no rígida; haga los ejercicios de inspiración y espiración, que permitirá eliminar los gases que puedan incomodar a la hora de leer.

Debido a que la buena lectura se adquiere con el tiempo, antes de hacer lectura pública, lea cada párrafo repetidas veces, hasta que no cometa ningún error. Después de conseguir esto, pase para el próximo párrafo. Finalmente, intente leer varias páginas seguidas, sin omitir palabras, evitando pronunciar erradamente alguna palabra. Puede ser hecho en voz alta o baja.

Si su lectura va a ser presentada ante un gran público, es mejor ser diligente, porque el público muchas veces no perdona. Si puede, hable con un amigo, un familiar o su cónyuge para que escuche su lectura y pídale que haga sus observaciones, porque sus observaciones serán las que el público tendrá a la hora de escuchar su voz. Si no tiene alguien próximo para escuchar, entonces haga una grabación de su voz con un grabador de voz, como el que está disponible en el computador o en los celulares. Ahora, escúchese a sí mismo. ¿Será que le va a gustar escucharse a sí mismo?

Esperamos, entonces, que estas recomendaciones le sean de utilidad a la hora de demostrar públicamente que usted es un excelente lector.

Signos de Puntuación

Lectura recomendada: Leer mirando (http://www.eduvoz.com/leer-mirando/)

Película: El Lector

El Lector

2 comentarios en “La importancia de una buena lectura pública

  1. Pingback: Algunos temas de interés de Español al Día | Español al Día

Su comentario